Parque Nacional de Þingvellir
Explora la cuna de la democracia islandesa y una maravilla geológica en Thingvellir, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Camina entre las placas tectónicas norteamericana y euroasiática, visita el lugar del primer parlamento del mundo (Alþingi) y disfruta de la belleza natural de los valles de fisura, los campos de lava y las aguas cristalinas.


Geysir
Pasea por campos geotérmicos llenos de vapor y presencia cómo el famoso géiser Strokkur entra en erupción cada pocos minutos, lanzando agua caliente hasta 20 metros hacia el cielo. Esta zona es rica en actividad geotérmica, con ollas de barro burbujeante, fumarolas de vapor sulfúrico y el Gran Geysir inactivo. Después de explorar, puedes disfrutar del almuerzo en el restaurante cercano. (Ten en cuenta que el almuerzo corre por tu cuenta).



Granja de caballos Brú
Conoce a los gentiles y singulares caballos de Islandia en la Granja de Caballos Brú. Tendrás tiempo para acariciarlos, hacerles fotos y darles de comer caramelos de caballo, un momento que encanta tanto a niños como a mayores.


Cascadas de Gullfoss
Una de las vistas más famosas de Islandia, Gullfoss, o «Cataratas Doradas», es una espectacular cascada de dos niveles que se precipita en un profundo cañón. Camina por los senderos bien mantenidos para admirar la fuerza bruta de la naturaleza. En los días soleados, a menudo aparecen arco iris en la niebla.



Cascada de Faxi (Vatnsleysufoss)
Una tranquila cascada en forma de cortina en el río Tungufljót, más silenciosa que las cataratas de la cabecera y perfecta para un tranquilo descanso. Unos senderos fáciles y un corto paseo desde el aparcamiento conducen a miradores cercanos (incluso puedes ver la escala de peces junto a las cataratas). Ideal para hacer fotos, estirar las piernas y disfrutar del paisaje del Círculo Dorado sin las multitudes. Accesible todo el año; una parada suave para familias y amantes de la naturaleza.

Cráter Kerid
Adéntrate en el pasado volcánico de Islandia en Kerid, un colorido cráter de 3.000 años de antigüedad lleno de sorprendentes aguas turquesas. Un breve paseo hasta el borde te ofrece una impresionante vista panorámica de la cuenca del cráter. Es una parada que parece una escena de otro planeta.
