Introducción

A menudo pasada por alto por los viajeros que se dirigen directamente a Reikiavik o al Círculo Dorado, la península de Reykjanes es un tesoro geológico y cultural que se encuentra a poca distancia en coche del aeropuerto internacional de Keflavik. Ofrece a los visitantes una experiencia inmersiva en el alma volcánica de Islandia, con campos de lava humeantes, zonas geotérmicas activas, costas espectaculares y encantadores pueblos pesqueros. Tanto si te fascina la geología, como si quieres relajarte en la Laguna Azul o deseas explorar algo menos transitado por los turistas, la península de Reykjanes te ofrece una aventura islandesa diversa e íntima.

¿Qué es la península de Reykjanes?

La península de Reykjanes se encuentra en el suroeste de Islandia y alberga el principal aeropuerto del país, Keflavik. Se sitúa directamente sobre la dorsal mesoatlántica, donde divergen las placas tectónicas euroasiática y norteamericana, lo que la convierte en un hervidero de actividad volcánica y geotérmica. La península está salpicada de campos de lava, cráteres, fuentes termales y fisuras. A diferencia de los circuitos turísticos más pulidos, esta región se percibe como salvaje, virgen y profundamente elemental. También forma parte de la red de Geoparques Mundiales de la UNESCO, reconocida por su excepcional valor geológico.

El puente entre continentes

Una de las paradas más emblemáticas de la excursión a Reykjanes es el Puente entre Continentes. Aquí, puedes cruzar literalmente un puente que se extiende sobre la división tectónica entre las placas euroasiática y norteamericana. El valle del rift que se encuentra debajo representa los lentos pero poderosos movimientos de la corteza terrestre. Es una oportunidad fantástica para tomar fotos y conectarse físicamente con uno de los fenómenos geológicos más importantes del mundo. Los carteles informativos explican la ciencia que hay detrás del lugar, haciéndolo accesible a todos los visitantes.

Área geotérmica de Gunnuhver

Gunnuhver es la mayor piscina de barro de Islandia y una de las zonas geotérmicas más activas de la península. Gunnuhver, que recibe su nombre de un fantasma vengativo que, según se dice, quedó atrapado allí por un sacerdote, no solo es espectacular a la vista, sino que también está impregnado de folclore. Las fumarolas, el barro burbujeante y el aire con olor a azufre crean un paisaje que parece de otro mundo. Las pasarelas elevadas garantizan la seguridad de los visitantes y ofrecen unas vistas increíbles de los respiraderos humeantes. Es un lugar ideal para comprender el volátil mundo subterráneo de Islandia.

Faro de Reykjanesviti y acantilados marinos

Situado en el extremo de la península, Reykjanesviti es el faro más antiguo de Islandia y ofrece unas vistas impresionantes de la escarpada costa y del océano Atlántico. A su alrededor se encuentran acantilados irregulares y farallones donde anidan las aves marinas. El océano rompe con fuerza debajo y el viento suele ser intenso, lo que confiere a la zona un aspecto salvaje y cinematográfico. Muy cerca se encuentra Valahnúkamöl, una playa de guijarros negros donde las olas golpean las rocas con una fuerza increíble, ofreciendo una muestra cruda del poder de la naturaleza.

Zona geotérmica de Seltún (Krýsuvík)

Seltún es otra joya geotérmica, situada en la región de Krýsuvík. Unas pasarelas de madera te guían con seguridad a través de fumarolas humeantes, pozos de barro hirviente y depósitos minerales de vivos colores. La tierra aquí adquiere tonos rojos, amarillos y verdes debido al alto contenido en azufre. El olor a azufre es fuerte y el paisaje parece extraterrestre. Seltún no solo es una maravilla geológica, sino también una experiencia sensorial que deja una impresión duradera. Es una parada imprescindible en cualquier itinerario por Reykjanes.

Lago Kleifarvatn: un lugar pintoresco y misterioso

Enclavado entre colinas volcánicas, Kleifarvatn es uno de los lagos más profundos de Islandia. Su inquietante calma y sus aguas oscuras lo convierten en uno de los lugares favoritos de los fotógrafos y los amantes del folclore. Las leyendas locales hablan de una criatura gigante parecida a un gusano que vive en sus profundidades, lo que le da un toque mítico. El lago cambia drásticamente con las estaciones y, tras un terremoto en el año 2000, comenzó a vaciarse y a llenarse lentamente, cautivando tanto a científicos como a viajeros. Es una parada tranquila que muestra la belleza natural de Islandia sin aglomeraciones.

La Laguna Azul: el balneario emblemático de Islandia

Aunque técnicamente es artificial, la Laguna Azul se alimenta de agua geotérmica rica en minerales procedente de la cercana central eléctrica de Svartsengi. Es una de las atracciones más famosas de Islandia y una forma perfecta de relajarse. Con sus aguas azul lechoso, sus mascarillas de barro de sílice y los campos de lava que la rodean, la laguna es a la vez relajante y surrealista. Muchas excursiones a Reykjanes incluyen una parada aquí, ya sea al principio o al final del día. Es imprescindible reservar con antelación debido a la gran demanda.

Acantilados de Krýsuvíkurbjarg: el paraíso de los observadores de aves

Estos espectaculares acantilados se elevan más de 40 metros sobre las olas y se extienden a lo largo de varios kilómetros. En verano, se convierten en un refugio para aves marinas como frailecillos, gaviotas tridáctilas y alcas tordas. Los acantilados están menos concurridos que otros lugares de observación de aves en Islandia, lo que ofrece una experiencia más tranquila. El contraste entre la hierba verde, las rocas negras y las aves marinas blancas crea un vibrante cuadro costero. Traiga prismáticos para verlas más de cerca y tenga cuidado cerca de los bordes, ya que no hay vallas.

Campos de lava y erupciones recientes

Reykjanes es una de las zonas volcánicas más activas de Islandia, con erupciones recientes en 2021, 2022 y 2023 cerca del volcán Fagradalsfjall. Los visitantes pueden hacer senderismo por los nuevos campos de lava y ver rocas recién enfriadas y fumarolas humeantes. Las rutas de senderismo tienen distintos niveles de dificultad y es muy importante tomar precauciones de seguridad, pero la recompensa es inolvidable: caminar sobre tierra recién formada. Los guías ofrecen información sobre las erupciones, el flujo de magma y la naturaleza siempre cambiante de la geología de Islandia.

Joyas ocultas: Brimketill y más

Brimketill es una piscina natural de roca volcánica en la costa, con forma de pequeña cuenca. En la antigüedad, se decía que era el lugar donde se bañaba una mujer troll. Las olas rompen con fuerza sobre sus bordes, especialmente durante la marea alta. Otros lugares menos conocidos son el lago geotérmico Grænavatn, con su intenso color verde, y las escarpadas rutas de senderismo que atraviesan los acantilados de Krýsuvíkurbjarg, donde anidan aves. Explorar estos lugares revela el lado más tranquilo y místico de Reykjanes.

Excursiones desde Keflavik o Reikiavik

Dada su proximidad al aeropuerto de Keflavik, muchos viajeros optan por explorar Reykjanes nada más llegar o antes de partir. Hay excursiones de un día disponibles tanto desde Keflavik como desde Reikiavik, con una duración de entre 4 y 8 horas. Las opciones privadas y para grupos reducidos ofrecen flexibilidad y comodidad. Algunas excursiones combinan Reykjanes con la Laguna Azul o el Círculo Dorado para ofrecer un itinerario más completo. Es una forma fantástica de aprovechar al máximo el tiempo cerca de la capital.

Cultura e historia locales

Reykjanes no solo es volcanes y paisajes, sino que también cuenta con un rico patrimonio cultural. Pueblos pesqueros como Grindavík y Sandgerði ofrecen una visión de la vida tradicional islandesa. El Museo Islandés del Rock ‘n’ Roll, en Keflavik, rinde homenaje al patrimonio musical del país, mientras que el Museo del Mundo Vikingo cuenta con una réplica a tamaño real de un barco vikingo. Estas paradas equilibran las maravillas naturales con las historias humanas, conectándote con el pasado y el presente de Islandia.

El tiempo y qué ropa llevar

El clima en Reykjanes es muy variable, con fuertes vientos costeros y cambios repentinos de temperatura. Vístase siempre con varias capas de ropa y con prendas impermeables. Es imprescindible llevar buen calzado para caminar o botas de montaña, especialmente si se exploran campos de lava o acantilados. En invierno, la luz del día es limitada y es posible que se necesiten crampones para los senderos helados. A pesar del clima impredecible, la belleza salvaje de Reykjanes brilla en todas las condiciones.

La mejor época para visitar la península

Reykjanes se puede visitar durante todo el año, pero la experiencia cambia con las estaciones. El verano (junio-agosto) ofrece observación de aves, más horas de luz y rutas de senderismo accesibles. El invierno (noviembre-marzo) añade paisajes cubiertos de nieve y la posibilidad de ver auroras boreales sobre zonas geotérmicas humeantes. La primavera y el otoño traen menos aglomeraciones y patrones climáticos dinámicos. Si vas a visitar Islandia por poco tiempo, esta región ofrece una experiencia impactante en muy poco tiempo.

Por qué no hay que perderse la península de Reykjanes

Aunque a menudo se pasa por alto en favor de atracciones más conocidas, la península de Reykjanes ofrece una perspectiva única de las fuerzas elementales de Islandia. Es el lugar donde se encuentran las placas tectónicas, donde la lava se encuentra con el mar y donde la tradición se encuentra con la modernidad. Tanto si te atraen los respiraderos humeantes, los acantilados llenos de aves, los campos de lava o los legendarios balnearios, Reykjanes ofrece experiencias diversas con menos aglomeraciones. Si quieres comprender la verdadera naturaleza de Islandia, tanto por encima como por debajo de la superficie, Reykjanes no es solo una parada, es un destino en sí mismo.